1.
La
Concreción Curricular.
El primer paso que debemos de dar para la elaboración de una
programación didáctica es la llamada
concreción curricular. Una concreción
curricular no es más que una ordenación de los elementos del currículo
académico. En base a ella se podrán elaborar las diferentes propuestas
didácticas adaptando los medios a las necesidades específicas del centro o del
alumno.
Algunos se preguntarán la razón por la cual la Administración
General, desde el Ministerio hasta la Consejería de Educación, se ha encargado
de generar un sistema que desintegra, en un verdadero rompecabezas, el
currículo, para obligaros a recomponerlo acto seguido. ¿Por qué no nos lo da
todo hecho? La razón es muy discutible. Presumiblemente el juego de ordenación
de los elementos curriculares nos permite adaptarlos al entorno real del centro
y particular de cada departamento, de cada docente y de cada alumno. Pero hay
elementos que en unas comunidades autónomas otorgan mayor libertad al
profesorado y otras que imprimen dificultad ya en la elaboración de este primer
paso. Lo cierto es que podrían darnos unos modelos ya elaborados que podamos
adaptar a posteriori. De ese modo, además de ayudar a aplicar y desarrollar con
mayor agilidad el sistema de competencias, podrían comprender las incoherencias
de muchos de sus textos.
1.1.
Elementos
que intervienen.
Como en muchas otras cosas, el número de elementos que
intervienen en la elaboración de dicha concreción curricular es enorme pero
finito. Pasamos a enumerar y describir brevemente algunos ellos, aunque a
continuación propondremos una versión corta y rápida con algún ejemplo
práctico.
1. Objetivos:
El objetivo define lo que se pretende
hacer. Se trata de un elemento incorporado ya en la LGE de 1970 para no basar
la educación en la mera transmisión de contenidos. Todo proyecto educativo
parte de unos objetivos o finalidades. En principio la concreción curricular se
expresa mediante unos objetivos didácticos que a su vez son la concreción de
los objetivos de área. Para no complicarlo mucho diremos que en nuestro caso,
en este primer momento de la concreción, el foco de interés reside básicamente
en organizar los elementos teniendo en cuenta, por un lado, que el alumnado
adquiera una serie de destrezas y competencias básicas en la materia y, por el
otro, que los docentes apliquen una serie de metodologías didácticas
(evaluación coordinada, utilización de las NNTT, etc.) Los objetivos pueden ser
de etapa o de ciclo. Tanto en un caso como en otro se cumplirán en la
concreción si se dan los contenidos y se aplican los criterios de evaluación a
los que aluden, por lo que en el caso de
la ordenación de los elementos en una concreción curricular podemos dejarlos
momentáneamente de lado. Basta con pegarlos tal cual en el encabezado de la programación
didáctica para tenerlos en cuenta cuando abordemos el diseño de las unidades didácticas.
Si empezamos a tratar de ligarlos a los contenidos o a los criterios de
evaluación y queremos encadenarlos al resto de elementos de la concreción
estaremos convirtiendo el documento en algo intragable y complicado.
2. Contenidos:
Son los conocimientos y destrezas que debe
de adquirir el alumnado, habilidades tanto conceptuales como procedimentales y
actitudinales.
3. Competencias Básicas:
A las capacidades y comportamientos
evaluados ya en las primeras leyes educativas, siguiendo las recomendaciones de
la UE, en el año 2006 la LOE añadió las CCBB. Pueden entenderse como aquellas
capacidades que ponen en acción a los contenidos para la resolución de
problemas. Del anterior currículo al actual ha habido varios cambios, se han
fundido algunas de las competencias antiguas, otras han tomado carices
diferentes y, en definitiva, han pasado de ocho a siete.
4. Criterios de Evaluación:
Son imprescindibles, pues suponen el eje
sobre el que gira todo el diseño del currículo. Hay que tener en cuenta que los
objetivos van dirigidos a la adquisición de ciertas competencias por parte del
alumnado. Dado que la legislación actual de nuestro país nos exige evaluar,
entre otros elementos, tales competencias básicas, debemos de precisar lo
siguiente: no es posible evaluar
destrezas interdisciplinares si no es a través de una evaluación conjunta de
las mismas. Esto quiere decir que, al margen de la evaluación de la materia
o asignatura de cada cual, debemos de llevar a cabo una evaluación del nivel
competencial del alumnado. Para evaluar
una competencia es necesario evaluar todos y cada uno de los criterios de evaluación
de todas las asignaturas impartidas en ese nivel educativo referidos a tal competencia.
Entendemos los criterios de evaluación como el lugar donde cristalizan los objetivos.
Es por ello que la concreción curricular debe de ser coordinada, posee un
carácter Interdisciplinar o colegiado y supone la piedra angular de la
evaluación del alumnado. Es necesario poner en común los criterios de las
diferentes asignaturas para elaborar el documento
puente que nos permita evaluar las CCBB. Ya comentaremos en delante de qué
se trata y cómo se hace dicho documento. Además, la actual redacción de los
criterios obliga a una transmisión práctica de los contenidos.
5. Estándares de Aprendizaje:
Son una de las aportaciones de la nueva
normativa LOMCE. Se suponen concreciones de los criterios de evaluación. Dado
que es necesario evaluar por competencias, se expresan en relación a las
acciones que el alumnado debe de ser capaz de saber llevar a cabo o la
problemática que debe de saber resolver para demostrar el logro del criterio y
por lo tanto la consecución del objetivo.
6. Descriptores:
Desarrollan los criterios de evaluación.
Generalmente van adosados a ellos. Si la redacción de los criterios es general
y vaga, la de los descriptores permite una interpretación más profunda de
aquello a lo que se refieren. De no existir, el docente tendría mucha mayor
libertad de juego, pero correría el riesgo de interpretarlos de manera
diferente a la que está en el verdadero espíritu del currículo. En la práctica
muchos de los descriptores no hacen otra cosa más que dividir los estándares en
ideas separadas y más concretas.
7. Indicadores:
La evaluación de la adquisición de las
destrezas debe de llevarse a cabo mediante una rúbrica. Una rúbrica es una matriz de indicadores que permite
valorar los aprendizajes adquiridos por el alumnado en una unidad didáctica. Las
rúbricas pueden constituirse en escalas
de calificación, como las llevadas a cabo en la evaluación diagnóstico, al
asociar los elementos evaluados a grupos de referencia normalizados. La
diferencia con respecto a los descriptores radica en su carácter cuantitativo,
pues el carácter cualitativo de los descriptores no permite tener medida del
grado de adquisición del criterio.
8. Temporalización:
Ordena la secuencia que se va a llevar a
cabo. En realidad los elementos de la concreción pueden adquirir cualquier
orden atendiendo a intereses diversos, pero en la práctica, en muchas de las
materias es más cómodo organizarlos por bloques de contenido teniendo en cuenta
criterios como el orden cronológico de la asignatura o la necesidad de partir
de unas destrezas para adquirir otras nuevas. En otras ocasiones los bloques de
contenido pueden impartirse con un orden independiente. Si se complica este
apartado se estará complicando la labor de la coordinación entre departamentos,
del profesorado sustituto, que necesitará tener en mano el guion de
cumplimiento de la programación elemento por elemento, al margen del diseño de
la Unidad Didáctica que se esté impartiendo en ese momento, además de complicar
la metodología, la coordinación y otros muchos factores.
1.2.
Ordenación
de los elementos.
Hemos visto que en una concreción curricular pueden
intervenir numerosos elementos, incluso más de los descritos en el apartado
anterior. Pero lo más cómodo es simplificar su número para no complicar la transposición
didáctica y la coordinación posteriores. Podemos ver la organización en la
siguiente tabla:
CONTENIDOS
|
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
|
ESTÁNDARES APRENDIZAJE
|
DESCRIPTORES
|
CB
1
|
CB
2
|
CB
3
|
CB
4
|
CB
5
|
CB
6
|
CB
7
|
Si concluimos que el elemento más prescriptivo en la presente organización es el criterio de evaluación empezaremos por
él. Echamos un vistazo al currículo para ver un ejemplo y cómo localizarlo.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
|
Estándares
de aprendizaje evaluables
|
|
Bloque 1. Expresión plástica
|
||
Identificar los
elementos configuradores de la imagen.
Mediante este criterio
se valorará si el alumno o la alumna es capaz de:
|
• Identifica y
valora la importancia del punto, la línea y el plano analizando de manera
oral y escrita imágenes y producciones gráfico-plásticas propias y ajenas.
|
|
1º ESO
|
3º
ESO
|
|
- Identificar los
elementos configuradores de la imagen en cualquier obra gráfico-plástica
(punto, línea y plano).
- Identificar de
forma oral y escrita imágenes y producciones grafico-plásticas propias y
ajenas.
|
- Identificar y
valorar las distintas apariencias que presentan el punto, la línea y el plano
en las producciones gráfico-plásticas.
- Analizar de
forma oral y escrita imágenes y producciones gráfico-plásticas propias y
ajenas.
|
En el cuadro publicado en el currículo académico de
secundaria podemos ver varios elementos. Por un lado unos encabezados en color,
por el otro los elementos de referencia. El primero de ellos dice textualmente:
Identificar los
elementos configuradores de la imagen.
Mediante este
criterio se valorará si el alumno o la alumna es capaz de:
Vemos que es fácil de identificar el criterio de evaluación: “Identificar los elementos configuradores de
la imagen”, pues a continuación nos aclara el propio texto que éste es un
criterio. Dado que el criterio abarca en el presente caso los cursos de 1º y 3º
de ESO, es común para ambos y por tanto de igual aplicación. Pero describe y
matiza los elementos que se debe de tener en cuenta en cada caso, así como las
capacidades necesarias para la adquisición de tal criterio, capacidades
expresadas como acciones, esto es, como verbos en infinitivo: Identificar,
analizar. Estos elementos son los descriptores.
En tercer lugar, a la derecha se sitúa el
cuadro correspondiente a los estándares
de aprendizaje. Como aluden al criterio también son genéricos para ambos
cursos. Si analizamos el texto con un poco de perspectiva nos daremos cuenta
que la redacción de los descriptores no deja de ser en muchos casos otro que
una partición de tales estándares.
Supongamos que en nuestro caso estamos
haciendo una programación para un 1º de ESO. Más tarde habrá que especificar un
poco estos elementos. Por el momento vamos a cubrir los espacios. El cuadro
quedaría, por el momento, cubierto de la siguiente manera:
CONTENIDOS
|
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
|
ESTÁNDARES APRENDIZAJE
|
DESCRIPTORES
|
CB
1
|
CB
2
|
CB
3
|
CB
4
|
CB
5
|
CB
6
|
CB
7
|
Identificar los elementos configuradores de la imagen.
|
• Identifica y
valora la importancia del punto, la línea y el plano analizando de manera
oral y escrita imágenes y producciones gráfico-plásticas propias y ajenas.
|
- Identificar los
elementos configuradores de la imagen en cualquier obra gráfico-plástica
(punto, línea y plano).
|
||||||||
- Identificar de
forma oral y escrita imágenes y producciones grafico-plásticas propias y
ajenas.
|
||||||||||
Ahora veamos los contenidos. Si echamos un vistazo de nuevo al currículo, en
ocasiones podemos localizar varios contenidos que encajen con el criterio de evaluación
seleccionado y, es más, incluso con los descriptores. En nuestro caso solo hay
uno para nuestro nivel de 1º de ESO que se centre en “Identificar”, capacidad única a la que se alude.
Contenidos
|
|
Bloque 1. Dibujo técnico
|
|
1º ESO
|
3º ESO
|
- Reconocimiento
y utilización de los elementos configuradores de la imagen (punto, línea y
forma) en las obras gráfico-plásticas como elementos de descripción y
expresión.
- …
- …
|
- …
- …
- …
|
Lo pegamos directamente en nuestro puzle.
Para ello conviene no empezar a desmontar todo el sistema. Si tenemos un poco
de visión general y ya hemos leído con anterioridad todo el currículo, o al
menos todos los contenidos de la materia y nivel educativo, os recomiendo que
le asignéis un número al contenido. De este modo podemos tener en cuenta su
orden dentro del bloque de contenido. En este caso, como es el primer elemento
del bloque de contenido 1 voy a ponerle 1.1., y así podré reordenar con
posterioridad los elementos con la temporalidad que me interese, ya sea atendiendo
al orden de los contenidos o a otro cualquiera. En algunas asignaturas, como
las de lenguas extranjeras, veremos que los bloques de contenido son genéricos
y que el diseño de las unidades didácticas puede atender a cualquier temática.
Conviene tener en cuenta pautas metodológicas que determinen el grado de
dificultad de los textos por niveles. En el caso de otras materias, como las de
contenido historicista, será necesario imponer un orden más lineal. De todos
modos el número del bloque de contenido nos permite reconocer su lugar en el
currículo por si tenemos que hacer la operación inversa en algún momento.
CONTENIDOS
|
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
|
ESTÁNDARES APRENDIZAJE
|
DESCRIPTORES
|
CB
1
|
CB
2
|
CB
3
|
CB
4
|
CB
5
|
CB
6
|
CB
7
|
1.1.
- Reconocimiento
y utilización de los elementos configuradores de la imagen (punto, línea y
forma) en las obras gráfico-plásticas como elementos de descripción y
expresión.
|
Identificar los elementos configuradores de la imagen.
|
• Identifica y
valora la importancia del punto, la línea y el plano analizando de manera
oral y escrita imágenes y producciones gráfico-plásticas propias y ajenas.
|
- Identificar los
elementos configuradores de la imagen en cualquier obra gráfico-plástica
(punto, línea y plano).
|
|||||||
- Identificar de
forma oral y escrita imágenes y producciones grafico-plásticas propias y
ajenas.
|
||||||||||
Como ya se ha puesto en evidencia, en este
caso, tanto el criterio de evaluación como el estándar de aprendizaje son
genéricos para los niveles de 1º y 3º de ESO. Esto hace que en el curso
académico para el que elaboramos la concreción tengamos que centrarnos en los
descriptores a la hora de adjudicarles una competencia, pues de exigirse el
cumplimiento íntegro del criterio de evaluación en 1º de ESO no se estaría
atendiendo a las pautas reales y los matices que se precisa (divididos mediante
los descriptores, en dos grados de adquisición del nivel competencial). Por lo
tanto la determinación de las CCBB conviene hacerlas atendiendo a los descriptores.
Ahora vamos con las dichosas competencias
básicas. Suponen un “saber hacer” y vienen establecidas en el RD 1105/2014,
de 26 de diciembre. En este momento son siete, a saber:
1) Comunicación lingüística.
2) Competencia matemática y competencias básicas en ciencia
y tecnología.
3) Competencia digital.
4) Aprender a aprender.
5) Competencias sociales y cívicas.
6) Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.
7)
Conciencia y expresiones culturales.
La
complicación a la hora de adjudicar una o más competencias a los descriptores
reside en parte en que nuestra imaginación desbordante va más allá del propio
texto de la ley. Por ejemplo, si pienso en una actividad en la que el alumnado
pueda “identificar los elementos configuradores
de la imagen en cualquier obra gráfico-plástica”, como enuncia el
descriptor, puedo pensar en hacerlo mediante un ejercicio en el que se aplique
una metodología de autodescubrimiento. Con esa idea en mente rápidamente identifico
el apartado con la CB 4: Aprender a
aprender. Pero para poder interpretar correctamente cada una de las
competencias en el currículo de la materia hay que leerse las orientaciones que
vienen al comienzo del texto de la materia, donde se habla de la metodología didáctica. De este modo
leemos:
A la competencia
para aprender a aprender se contribuye en la medida en que se favorezca la
reflexión sobre los procesos y experimentación creativa, ya que implica la toma
de conciencia de las propias capacidades y recursos así como la aceptación de
los propios errores como instrumento de mejora.
Entendemos con ello que la acción de identificación no
favorece la de reflexión sobre los procesos ni tiene que ver con la experimentación
creativa. Esta competencia parece estar ligada en la materia a acciones como la
experimentación con la forma o con las técnicas, por ejemplo. Quizá la que más
se parezca al sentido del criterio sea la competencia matemática y
competencias básicas en ciencia y tecnología. Su redacción es la siguiente:
Aprender a
desenvolverse con comodidad a través del lenguaje simbólico así como
profundizar en el conocimiento de aspectos espaciales de la realidad, mediante
la geometría y la representación objetiva de las formas, orienta de forma significativa
a que el alumnado adquiera la competencia matemática y competencias básicas en
ciencias y tecnología.
Identificar los elementos
configuradores de la imagen en las obras plásticas es básicamente comprender el
lenguaje simbólico de las mismas, es conocer su sentido y significado dentro
del conjunto de la obra. Aunque las interpretaciones pueden ser variadas y
difusas en muchas ocasiones, optamos aquí por esta competencia y, como no
parece que el descriptor cuadre con otra, lo dejamos así. En cuanto al segundo
descriptor nos decantamos, mediante el mismo procedimiento, por las
competencias 1 y 7. El cuadro quedará del siguiente modo:
CONTENIDOS
|
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
|
ESTÁNDARES APRENDIZAJE
|
DESCRIPTORES
|
CB
1
|
CB
2
|
CB
3
|
CB
4
|
CB
5
|
CB
6
|
CB
7
|
3.2.
- Distinción
entre recta y segmento. Construcciones básicas. Mediatriz de un segmento.
|
Identificar los elementos configuradores de la imagen.
|
• Identifica y
valora la importancia del punto, la línea y el plano analizando de manera
oral y escrita imágenes y producciones gráfico-plásticas propias y ajenas.
|
- Identificar los
elementos configuradores de la imagen en cualquier obra gráfico-plástica
(punto, línea y plano).
|
X
|
||||||
- Identificar de
forma oral y escrita imágenes y producciones grafico-plásticas propias y
ajenas.
|
X
|
X
|
||||||||
Conviene limitar el número de competencias a emparentar con los descriptores
ya que si tenemos tres o cuatro por cada uno la labor de evaluación se
complica. En nuestro segundo descriptor podríamos haber añadido de nuevo la
competencia 2, pero ya es evaluada en el mismo criterio y con ello no aportaríamos
nada nuevo.
Por último, en este apartado, es
conveniente agrupar los elementos de la concreción por unidades de elementos
consecutivos. En realidad deberíamos de decir más bien por unidades de
contenido, pero en todo caso no debemos de confundir el término con el de
bloques de contenido. Pondremos un ejemplo. En la programación de una
asignatura y un nivel determinados podemos ver temas de geografía y de historia,
contenidos que pueden estar relacionados, pero que pertenecen a unidades
diferentes. Sin embargo observo que la parte de historia se divide en bloques
de contenido como pueda ser la prehistoria o el mundo antiguo. Se entiende que
se debe de impartir la prehistoria con anterioridad al mundo antiguo, pero la
unidad de contenido digamos que, historicista, puede darse con anterioridad o
posterioridad a la de la geografía física y la formación de la tierra. Esta
unidad temática tiene, empero, profunda relación con otras de la asignatura de
Biología y Geología. La idea es simple: qué bueno sería que las dos unidades
estén coordinadas. Las ventajas son infinitas y la complicación no es excesiva,
basta con seguir los dos pasos propuestos a continuación. De todos modos ya
avanzamos una propuesta hace ya años y enunciamos una serie de ventajas e inconvenientes
en la siguiente dirección.
Dos pasos para una coordinación
temporal:
1. Cada
materia agrupa los elementos de su concreción por unidades temáticas. En
ocasiones las unidades pueden partirse, pero no cambiar de orden. Por ejemplo:
en la asignatura de Educación Plástica y Visual deberé de dar los conocimientos
básicos de los trazados geométricos con anterioridad a los polígonos y otras
construcciones más complejas. Pero puedo introducir entre medias otras
temáticas para que el alumnado no se atragante con tanta geometría. Pero
también puedo mezclar la geometría con la percepción visual en mi diseño de
unidad didáctica. Es este caso el orden atenderá al desarrollo de los
criterios, puesto que un criterio puede estar ligado en mi concreción a varios
contenidos de varios bloques diferentes. La propuesta de Lliciu quizá es más
lineal y fomenta la interdisciplinariedad y la coordinación entre departamentos
para que las transposiciones didácticas se orienten hacia el proyecto de cada
centro, en el caso de que exista una idea clara y compartida del mismo.
El esquema se
verá mejor si utilizamos diferentes colores. Para que los demás compañeros
comprendan un poco de qué trata cada apartado podemos añadir algo de
vocabulario básico, siempre es una ayuda. El resultado puede ser el siguiente:
CONTENIDOS
|
VOCABULARIO BÁSICO
|
3.1. …
|
|
3.3. …
|
|
3.4. …
|
|
1.1. …
|
|
1.2. …
|
|
3.2. …
|
|
4.1. …
|
|
4.3. …
|
|
4.2. …
|
|
5.1. …
|
2. En
un par de horas y con un esquema simplificado en la mano se pondrá en común la
posibilidad de mover una unidad de contenido para hacerla coincidir en la
medida de lo posible con la de la otra materia. En caso de no poder se tratará de
ordenar los contenidos que sean básicos para situarlos en primer lugar, pues
está visto que en ocasiones nos vemos obligados a apoyarnos en contenidos de
otras materias que aún no se han impartido. Si “recortamos” las unidades
simplemente deberemos de disponerlas en una rejilla en la que se haya hecho un
hueco para cada una de las asignaturas. La coordinación de algunos de los
contenidos de algunas de las asignaturas no es necesario incluirlos, como las
referidas a las habilidades deportivas y
juegos en Educación Física. El resultado final podría ser algo así:
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